CORRER
Correr; andar de manera velóz, de tal forma que los dos pies queden suspendidos un instante en el aire.
Hace unos días me preguntaron si a las carreras que voy, las disfrutaba y me quedé pensando en ese concepto de “disfrutarlas”.
Me acordé que me gusta ir a estas carreras a vivirlas a mi manera, a probar mis límites, los que me impuesto y lo que me han dicho que existen.
Igual y para mi “disfrutar” es eso; llegar a ese límite y si todo sale bien romperlo. Ir más rápido.
Encuentro en correr esa liberación hacia lo desconocido de mi ser.
Cuando corro, quiero encontrar un lugar donde sé que tengo que trascender. Ahí, en ese lugar, no hay tiempo para el miedo, ni la duda. Estas en ese lugar pidiendo crecer, escarbar más profundo y llegar a donde no muchos conocen, es algo superior.
Para mí, si llegas ahí, sabrás que has cumplido tu meta. Hablo de la interna, esa que debes de cruzar fluyendo, sin distracción, en donde nada en este mundo es más o menos que tú. Un momentáneo lapso de gloria que puede hacer que tu vida cambie y que debes seguir alimentando para que no se quedé como algo de lo que alguna vez fuiste capaz sino de algo de lo que eres capaz ese y todos los demás días de nuestras putas vidas.
Competir; a veces contra alguien, a veces contra el reloj, a veces conmigo y siempre, siempre, siempre porque se me da la regalada gana.
Un día me dijeron que me fuera a correr a las montañas, al trial o al cerro como hoy le dicen. Fui y encontré una conexión y un respeto por la naturaleza que no tenía. Esa naturaleza que hoy nos rodea y de la que somos parte. Encontré también que había carreras con competencia y podios que llenar.
Correr es correr en donde sea. Ir más rápido.
La velocidad del asfalto es algo que solo se digiere aventándose al ruedo.
Barbarella escribe; (Barbarella es una amiga imaginaria que tengo); Cuche lo que pasa es que llevas una bestia adentro, una que se alimenta del mundo, del ruido y del ego. Hay que enfrentarla sin voltear, con la vista siempre hacia el cielo y sabiendo que en esa batalla llegara el momento de fundirse con esa bestia, volverse uno y así llenar de luz al universo…
Haile Gebrselessie, maratonista etíope con marca de 2:03:58 en el maratón de Berlín dice; la gente no entiende mi filosofía y sencillamente necesito seguir corriendo y para eso necesito competencias. Mi cuerpo tiene que sudar y para sudar de verdad, necesito una meta. No puedo correr solo para divertirme.
Y ahí es donde estoy hoy…esta dualidad…y eso es todo…no tengo más que escribir.