5 cosas que deben hacer los hombres para que las mujeres se sientan seguras al correr

Todos tenemos derecho a sentirnos seguros mientras corremos. Por ello, los hombres runners deben ayudar a que las mujeres se sientan cómodas y seguras mientras corren.

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Para lograrlo, aquí algunos consejos:

1. No pases inadvertido

Ten cuidado al alcanzar a otro corredor. Cuando te emparejas con otro runner (lo que implica estar lado a lado), el institnto natural es proteger el núcleo de alguna forma; por ello, di algo mientras te acercas para que tu presencia no sea una sorpresa, como por ejemplo “a tu izquierda”; después pasa rápido.

2. Deja una distancia de un metro

Dejar una distancia de un metro es necesario para que los demás no sientan como que te acercas demasiado. Cuando rebases, no rompas dicho límite. Muévete hacia un lado cuando estés a dos metros de la persona, luego deja suficiente espacio cuando la alcances. Si del otro lado hay algo de tránsito, baja el ritmo para mantener la distancia.

3. Sé respetuoso al hablar

La regla de oro es no decirle algo a una mujer que no le dirías a un hombre. La mayoría de las mujeres soportan demasiados comentarios incómodos sobre su cuerpo, lo que puede hacer que un comentario inocente se sienta amenazante.

Por ello, jamás comentes nada sobre su apariencia ni expreses sorpresa por su ritmo. Mucho menos hagas algún comentario sexual. Tales interacciones se sentirán condescendientes o amenazantes y, por lo tanto, como una falta de respeto.

4. Haz contacto visual pero no te quedes mirando

Cuando corras hacia una corredora, puedes hacer contacto visual, pero procura que sea breve para que no lo sienta raro o incómodo. Ve a la persona a los ojos y después voltea a otra parte. Para mostrar cortesía, solo haz un movimiento de cabeza o saluda.

5. No la sigas

Tal vez tu ruta es la misma que la de ella, y quizás corren al mismo ritmo. Está la posibilidad de que ella no note que estás atrás, pero lo más seguro es que sí lo sepa. Por ello, lo mejor es que modifiques tu ruta ese día.

 

Fuente: Runner’s World